Aceites de compresores

Nuestros lubricantes de compresores parten de unas bases muy seleccionadas, tanto minerales como sintéticas, diseñadas específicamente para resistir las duras condiciones térmicas y de oxigenación producidas en los compresores de aire rotativos y alternativos, ofreciendo una vida útil muy larga, libre de los habituales y dañinos barnices y residuos carbonosos.

Nuestra cartera de productos de aceites para compresores ha sido desarrollada de tal forma que nuestra principal meta sea satisfacer las necesidades de nuestros clientes, por lo que nuestros productos ofrecen intervalos de drenaje prolongados, tiempos de inactividad reducidos, ahorros operativos y energéticos y un funcionamiento fiable. Nuestros aceites para compresores cumplen los requisitos de los fabricantes de equipos líderes en el mercado y, por lo tanto, suponen una opción de alta calidad y fiabilidad para sustituir los aceites para compresores de los fabricantes de equipos originales (OEM).

Nuestros lubricantes de compresores ofrecen una extraordinaria protección frente al desgaste y la cor¬rosión que garantiza vidas útiles de los equipos largas. Gracias a su extraordinaria estabilidad térmica y a la oxidación, mantienen su calidad a altas temperatura de funcionamiento, garantizando así unas prestaciones máximas. Posibilitan una alta eficiencia energética, debida a una efectiva lubricidad que deriva en una reducción de la fricción y de la generación de calor, lo que mantiene una alta eficiencia energética durante el proceso de compresión. Incluso en condiciones operativas severas, su baja volatilidad y su alta estabilidad al cizallamiento ayudan a reducir el consumo de aceite con el consiguiente ahorro económico.

Los aceites MOL Compressol, por poner un ejemplo, ayudan a evitar los efectos dañinos de las altas temperaturas de funcionamiento, por ejemplo, los problemas relacionados con las válvulas. Nuestros lubricantes controlan el calor a la perfección, por lo que reducen la formación de depósitos de carbón y minimizan los puntos calientes que favorecen la ignición.

Por último, un efectivo control de la formación de espumas consigue intervalos de cambio muy largos (mayores al promedio existente en el mercado), pues crean una película de aceite lubricante continua y tienen una baja tendencia a la formación de espumas, por lo que permiten una larga vida del aceite y el mantenimiento de sus prestaciones a largo plazo, optimizando así sus operaciones y costes.